lunes, 27 de junio de 2011

“El medio es el mensaje”: cómo Woody Allen y Mcluhan ponen en práctica el mensaje en “Annie Hall”

Hablar de sociedades y de comunicación en un entorno muy globalizado como el de ahora, es como decir que el chat, el internet, las redes sociales, los mensajes de texto y los celulares han simplificado la vida y de mantener al emisor y al receptor en contacto directo sin, posiblemente, verse las caras o las emociones, pero sí sentir, ver y percibir las palabras que construyen un mensaje hasta que el uno al otro lo asocian y se asocian con esas palabras. Esto se debe a que ha habido una modificación de la comunicación, de los medios y de la relación entre los seres humanos, o nosotros mismos, que en definitiva hace que teclees y teclees como si tú estuvieras hablando “solo” cuando en realidad no es así.

Si esto se introduce en el ambiente y en el contexto de la película de Woody Allen, “Annie Hall”, alrededor de la mitad de la década de los setenta, en una ciudad muy acelerada como Nueva York, claro, esto se estaría yendo por un lado mucho más susceptible y riguroso, pues, la película no gira en torno a una amistad como de amigo a amigo, o de niño a juguete, sino más bien, gira en torno a una y a varias conversaciones adultas, con un lenguaje especial y varios mensajes que hace que se cumpla la frase de “el medio sea el mensaje”.

McLuhan, en su libro “Comprender Los Medios”, en el primer capítulo, titulado con la frase “El medio es el mensaje”, señala que es imposible de que el mensaje sea solo “contenido o información”, pues hay algo más que lo hace muy particular, y de ser así se ignoraría algunas características que poseen los medios, como el poder de modificar las palabras y el funcionamiento de las acciones y relaciones humanas. De ser así, y poniendo en práctica lo que explica McLuhan, si el mensaje es medio, el mensaje sería modificado de acuerdo a la sociedad en esta se encuentre. Es por ello que a su vez se desarrolla no solo la emisión, también se desarrollan las malinterpretaciones, los malentendidos.

Woody Allen, en su película “Anniel Hall”, en cada escena, en cada fotografía en cada línea del guión, expresa esa necesidad de amar y de mantener una conversación en la que Alvy (un neurótico que le habla a la cámara y que al parecer tiene el poder de viajar a través del tiempo debido al flashback usado en más de una ocasión que hace que pase de la pelea a la amistad de una escena a otra) cree que posee argumentos correctos y que no se puede equivocar. A continuación, se van a analizar algunas escenas en las que el método de McLuhan se aplica y se desenvuelve.

En una de las escenas de la película, en la que ambos personajes, Alvy y Annie, van a tomar una copa de vino blanco en el balcón de la casa de esta última, ponen en prueba el desarrollo de aquella frase. Ambos comienzan a hablar acerca de los judíos, y de que la abuela odia a los judíos, y después hablan acerca de la fotografía. Para Annie están bien, pero para Alvy son muy amaneradas. Alvy las señala y le dice si ha hecho ella misma esas fotos. Annie dice que sí, pero en realidad, lo que quiere decir es que sí los ha hecho pero que son absurdas y que parece una idiota por haberlos hecho, asunto que se pone en práctica de que el mensaje no solo consta de contenido. Más adelante, Alvy le dice que su técnica es muy vaga, pero en realidad el quiere decir “que quiere verla desnuda y cómo se vería si estuviera así y que parece una radio (o un disco rayado) porque no deja de hablar”. Es obvio que la teoría de McLuhan entra, como se dijo, el mensaje no está claro y el medio modifica las palabras para que haya un equilibrio al momento de decir el mensaje. Después, en la misma escena, Alvy le pregunta a Annie que va hacer un fin de semana por la noche. Ella le responde diciendo que conoce a muchos idiotas, y al final ambos conocen a “muchos idiotas”, cosa que no lo explica porque se acuerda que ella canta los sábados por la noche. Bien, ahí el mensaje está claro: canta los sábados por la noche. Alvy lo entiende, pero aún falta más que decir, y más adelante dice que es la primera vez que lo hace y que él no quiere que la vea cantar. Ahí, se prueba lo que McLuhan dice: el hecho de que canta no dice todo, pues falta más detalles que hagan en realidad que “ella” canta los sábados por la noche, y se corregiría como que “va a cantar”.

En este caso, Alvy le dice para salir un día, de hacer tal cosa y de acordar un día para salir, pero ellos en su mente, tienen la idea, o perciben, otra mensaje y tienen la suposición de lo que en verdad quieren decir es que quieren llegar a algo sexual, para empezar una vida amorosa.

También, en otra escena, cuando ambos van a una librería. Alvy le regala un libro sobre la muerte a Annie. Aquí, el mensaje es que los libros de la muerte, claro está, hablan acerca del concepto y el desarrollo de la muerte y todos los elementos que tengan que estar involucrados con ella. Sin embargo, el medio está en el que el libro de la muerte es un libro de la muerte si es que habla sobre la muerte, sino, dejaría de serlo, aunque el mensaje que se tenga de ella cumple el rol de mensaje transmitido. En este caso, Annie tenía un punto muy vago de esos libros, sin embargo, para Alvy le era supremo y entendible pues tenía una perspectiva diferente y casi “exacta”, ya que de un tipo muy pesimista los mensajes que le transmite los libros sobre la muerte es la de un suceso final que trae desgracias. Casi al final de la película, cuando Alvy se dedica a hacer obras teatrales en las que ensambla su vida en cada acto, ahí el mensaje de McLuhan puede verse en su trabajo en cuanto a la conversación. Ahí, se puede ver a dos jóvenes, un hombre y una mujer, actuando y dialogando acerca de los que le suceden a cada uno. Al comienzo del diálogo, el chico (que se parece, incluso, físicamente al neurótico de Alvy) le hace una oda a la joven y luego le dice que porque escogió “su vida” si es inteligente. Ella no contesta, y dice que Nueva York es una ciudad moribunda. Es claro lo que para ella le significa Nueva York, pues, una ciudad que se mantiene en movimiento representa ese ambiente de muerte y de vejez, no como el campo, en la cual se imagina como un lugar lleno de pastos verdes, sol radiante y juventud. Mientras, que para el chico, la muerte es el asunto más importante sobre la vida (mensaje extraído de los libros sobre la muerte), para la mujer, la vida es un tiempo mínimo, que tiene que saberse disfrutar y lo compara con aquella ciudad moribunda: Nueva York. Finalmente, la escena termina con un monólogo de Alvy mirando a la cámara, diciendo que uno quiere hacer de su vida un arte porque la vida real es difícil, y por una parte, quiere decir que el mensaje que se entrega a la vez tiene algo de ficción, pues no todo es información.

En síntesis, Mc Luhan ha retratado la relación de las sociedades a través de la comunicación. Los mensajes están constituidos por palabras, pero la interpretaciones de estas varían según el individuo y en la sociedad y en el entorno en el ha sido criado o vivido. En “Annie Hall”, se ve claramente este concepto: un neurótico neoyorquino que por haber sido educado bajo una montaña rusa tiene la perspectiva de la muerte desde niño, tiende a dar mensajes muy escasos de vida que para una mujer, cuya abuela odia a los judíos, es simplemente como una definición más. Pero eso sí, todo esto es rechazado al aplicarse el lenguaje del amor, a través de mensajes muy simples como “un día salir un sábado por la noche”, y rechazarlo con decir que “tienes que cantar justo ese día”. Woody Allen y Mcluhan, invitado, además, para actuar en la escena de la cola del cine, desarrollan en un campo entre parejas, esa frase: el medio es el mensaje, frase que se entiende por más que información y malinterpretaciones como para que ocurran conflictos entre parejas, y también, neurosis en la vida diaria.

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